Aula Financiera

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“Los jóvenes son innovadores, tienen mucha capacidad y nos sorprenden con sus propuestas de valor, que podrían ser modelos de negocio viables"

Blanca Narváez es la directora general de la Fundación Junior Achievement una ONG dedicada a la educación financiera, el emprendimiento y la orientación laboral, que forma cada año a 27.000 alumnos en más 400 centros educativos españoles 

Blanca Narváez, directora general de Junior Achievement

11 de noviembre de 2015.- La ONG -que nació en EEUU en 1919 y creó su delegación en España en 2001- cuenta con un plan educativo que va desde la Educación Primaria hasta la Universidad con acciones muy experienciales en las que el alumno se pone manos a la obra en la creación de empresas acompañados de voluntarios, profesionales de la empresa que aportan su conocimiento para la formación de los jóvenes. 

 

P.- La Fundación Junior Achievement se marca como propósito convertirse en el puente entre el colegio y el mundo laboral. ¿Cómo se logra ese objetivo?

R.- Nuestra misión es inspirar a los jóvenes para que consigan sus metas en una economía global. Esto se traduce en educación no formal, fuera del currículum reglado, en educación financiera, emprendedora e iniciación a la vida laboral. Nosotros lo que pretendemos es desarrollar competencias y habilidades que los jóvenes van a necesitar en su futuro, desarrollar con ellos una reflexión sobre temas concretos, que están muy anclados en los tres pilares en los que trabajamos, tanto si buscas trabajo por cuenta ajena, si montas tu propia empresa, como si tienes que tomar en un futuro decisiones financieras. Los programas que impartimos suelen tener pinceladas de esos tres pilares y quieren ser una llamada preventiva para los jóvenes, para que no abandonen la educación, tomen buenas decisiones financieras y puedan detectar oportunidades en el mercado.

Estamos viendo que el mundo está cambiando muchísimo, las tecnologías están trayendo muchas oportunidades que suponen cambios disruptivos, que modifican la manera de funcionar y de comunicarnos. Realmente no sabemos cómo van a ser los trabajos del futuro; tenemos una intuición, pero no sabemos cómo van a ser y lo mismo sucede con los modelos económicos; hay modelos freemium, una parte gratuita y otra de pago, hay muchos servicios que se prestan gratuitamente, teniendo como contrapartida la entrega de tus datos personales, como Twitter o Facebook. La economía va a ser diferente, los gobiernos tendrán otros sistemas de gestión…En este contexto, nuestra misión es tratar de dotar a los jóvenes, los adultos del mañana, de las competencias y habilidades que van a necesitar. Y la educación financiera es una de ellas.

Igualmente, los productos financieros que habrá en el futuro serán diferentes a los que hay. No podemos formar en lo que vendrá el día de mañana, pero sí en las actitudes, en la manera de tomar decisiones, en el sentido crítico, en la manera de pensar en un medio plazo; estas son las reflexiones que tratamos de tener con los jóvenes, junto con una educación financiera básica, como el ahorro, el riesgo, entender las estructuras, la propiedad de las decisiones y la libertad de diseñar el futuro. Queremos adelantarles qué ocurre en el mundo laboral y ponerles a diseñar el mundo del mañana, con un papel muy activo, muy responsable y muy informado.

P.- Su programa educativo va desde los 7 a los 25 años. ¿Cuáles son las principales características que definirían esa formación? ¿Qué hueco cubren vuestras actividades en la educación reglada?

"Queremos adelantar a los jóvenes qué ocurre en el mundo laboral para que diseñen el mundo del mañana, con un papel muy activo, muy responsable y muy informado”

Los jóvenes necesitan ser creativos para que el mundo cambie y puedan construir propuestas de valor. Necesitamos esas personas críticas, creativas, con capacidad de diseño, porque el mundo está cambiando muy rápido y seguramente las estructuras, tal y como las conocemos no van a valer en el futuro.

Por eso necesitamos que sean capaces de diseñar esa nueva forma de relacionarnos, ese nuevo Estado, cómo va a funcionar el Gobierno, la seguridad. Ya se está cuestionando a las entidades financieras como proveedores de financiación; empieza a haber un B2B fortísimo, en relación con la financiación, como el crowdfunding. El sector está cambiando, igual que otros como el turismo, el transporte… Los nuevos modelos entran muy rápido y cambian la manera de relacionarlos; y a la gente no le da miedo, por ejemplo, coger un ‘taxi’ que lo conduce un particular. Pensar que esto lo vamos a parar es una falacia. La tecnología está aquí, ha venido para quedarse y va a traer nuevos modelos. Los jóvenes que están en la etapa educativa tienen que tener las competencias para diseñar ese mundo del mañana, saber pensar si algo vale o no. ¿Qué vamos a hacer si no tenemos a estos jóvenes bien preparados?

El mundo educativo viene de una corriente muy decimonónica donde el conocimiento era el factor fundamental y ahora no es tan importante el conocimiento; es accesible, aunque es importante tener una base y saber buscar información veraz. En ese sentido colaboramos con los centros educativos y tratamos de completar la educación que imparten, no sustituir. Ya no es tan importante conocerlo todo y tenerlo en la cabeza, sino ser capaces de buscar esa información y extraer conclusiones valiosas para el reto que los jóvenes tienen delante.

P.- ¿Cómo reaccionan los jóvenes ante esas acciones que les proponéis?

Ellos se conectan mucho con esos proyectos; pasan de estar escuchando a un profesor sentados a ponerse ‘manos a la obra’ con profesionales que vienen del mundo laboral y con otras metodologías. Nosotros lo que tratamos es de que experimenten el aprendizaje a través del deseo, la pasión; les proponemos montar empresas sobre alguna necesidad que ellos detecten, con lo que  ya están involucrados directamente en el proyecto, porque son ellos los que han decidido qué necesidad o problema quieren resolver. Les damos un espacio además para debatir con otros jóvenes, profesores y otros adultos para crear y soñar con un mundo diferente y con unas soluciones distintas. Esto es lo que les permite apasionarse y les lleva a buscar el conocimiento que necesitan. El voluntario de la empresa o el profesor se convierte en un acompañante, en un sherpa y deja de ser el que tiene el conocimiento para ayudar a los jóvenes para desarrollar sus proyectos y cambiar el futuro.

Esta experiencia transforma el centro educativo. El curso pasado la Dirección General de Industria publicó un informe sobre el impacto en las aulas de la educación emprendedora impartida por otras organizaciones y es muy interesante ver en sus conclusiones como no solo estas acciones cambian al individuo sino también el entorno. Cuando se hace educación emprendedora en un aula, el resto de profesores quieren y buscan también esa implicación y esa pasión de los alumnos, porque muestran esa necesidad de aprender. Cambia completamente la manera de abordar el aprendizaje. Es espectacular.

P.- ¿Son innovadores y creativos los jóvenes en este ámbito?

“Los jóvenes son muy innovadores y nos revelan que son una generación diferente”

Sí, pero eso se aprende también. Para dar solución a un problema, primero tienes que ver ese problema y hay que cambiar la manera de ver. En España, sobre todo, estamos acostumbrados a quejarnos sobre lo que no funciona. No estamos acostumbrados a pasar a la acción y a cambiar el problema por una oportunidad. Los jóvenes sí, son muy innovadores y nos revelan que son una generación diferente. A cada alumno le impartimos los programas según su capacidad y su desarrollo como personas, y vamos complicando los proyectos según van mejorando sus capacidades. Pretendemos que vayan desarrollando esa manera de ver y de diseñar soluciones.

Las tecnologías están cambiando la forma de ver el mundo de los jóvenes y ellos sienten una fractura con nosotros, sienten que no les entendemos. No les importa ceder su privacidad en las redes sociales, son generosos, son solidarios, son ecológicos y a lo mejor nuestra generación no entiende lo que ellos están viendo. Son innovadores y tienen que serlo; tienen mucha capacidad y nos sorprenden continuamente con las propuestas de valor que hacen desde los niños de primaria hasta alumnos de la Universidad que perfectamente podrían ser modelos de negocio viables. Tenemos que estar tranquilos porque tenemos una generación muy potente de jóvenes, pero hay que ayudarles a desarrollar todas las competencias y que sean esas herramientas que llevan en la mochila para que cuando se encuentran con dificultades y retos a lo largo de su vida tengan capacidad de llevarlos a cabo.

P.- Los programas de Junior Achievement se desarrollan gracias a un nutrido voluntariado de casi 2.500  personas. ¿Qué perfil tiene ese voluntariado?

Es un profesional de nivel medio-alto, mucho alto directivo. A mí me emociona porque son profesionales que muchas veces tienen muchísima presión, que no tienen tiempo de nada y deciden hacer un paréntesis en su jornada laboral e irse a un aula a ayudar a los jóvenes a hacerles ver cuestiones importantes para que lideren su futuro. Lo que tratamos es dar cada año una vuelta de tuerca a la experiencia del voluntario para que quieran repetir; es nuestro recurso más escaso, no hacemos más programas porque no tenemos más voluntarios.  Por eso cuidamos  al voluntario porque es fundamental que tenga una experiencia satisfactoria; coordinamos las actividades para que no pierdan tiempo, buscamos centros educativos cerca de su lugar de trabajo para que el tiempo que dedican sea efectivo en las aulas, damos formación, adaptamos los programas educativos a los contextos diferentes y hacemos que la experiencia del voluntario sea satisfactoria. Hoy en día tenemos un porcentaje muy alto de voluntarios que repiten.

P .- ¿Cuál es vuestro objetivo para este curso?

R.- Tenemos muchos retos. La educación emprendedora empieza a estar en boca de todos y nuestro gran reto es la colaboración. Nuestro deseo sería poder compartir el conocimiento que tenemos del emprendimiento, de la educación financiera, la iniciación de la vida laboral y poder colaborar con otros agentes y llegar a muchos más jóvenes.

P.- Y por último y para saber más y fomentar el emprendimiento, recomiéndenos…

  • Una personalidad.- Montserrat del Pozo (@montsedelpozo), responsable de las Misioneras Hijas de la Sagrada Familia de Nazaret, una mujer que ha sido muy innovadora en este ámbito, con un sentido crítico impresionante y muy generosa en regalar el conocimiento que tiene formando a otros centros en su metodología para fomentar la innovación pedagógica tan necesaria en las aulas.
  • Un libro:  “Lo que me hubiera gustado saber cuando yo tenía 20 años”; de la profesora de Standford Tina Seelig, en el que aborda la innovación de una manera muy sencilla y fundamental.