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¿Qué es la huella estética?

El concepto de huella estética se ha vuelto muy frecuente en los últimos tiempos. Alude, específicamente, a secuelas en la zona del rostro. Se entiende como “huella estética” las marcas que dejan los tratamientos estéticos iniciales en la zona de la cara, siendo consecuencias a largo plazo.

La huella estética puede ser positiva o negativa. Una huella estética positiva siempre es bienvenida, ya que significa que el tratamiento estético logró sus resultados. No obstante, también existe la huella estética negativa. Esta última sucede cuando aparecen, a largo plazo, secuelas tales como: cambio del perfil del rostro, manchas en el cutis, pérdida de expresividad facial, etc. Es importante indicar que son secuelas a largo plazo.

¿Qué significado tiene la huella estética?

Como es de suponerse, siempre genera preocupación la huella estética negativa. En dado caso, surge cuando el tratamiento no se ha realizado correctamente. Por ende, se puede prevenir. Un tratamiento estético bien realizado jamás deja una huella estética negativa.

Por lo tanto, el significado de esta huella es: la consecuencia de la manera en que se hizo el tratamiento inicial. Por ejemplo, en tratamiento de inyección (como el ácido hialurónico) implica que esta sustancia: 1) se inyectó, o no, en lugares correctos; 2) se inyectaron las cantidades adecuadas y 3) se dejó pasar el tiempo oportuno antes de reinyectar el ácido de nuevo.

Cada tratamiento estético para el rostro tiene sus pautas. A su vez, el paciente debe respetar las indicaciones del médico. Si no se cumple este par de preceptos, existe bastante posibilidad de que aparezcan secuelas inesperadas, negativas, en el rostro.

Tipos de huella estética

Ya dijimos que hay dos tipos de huella estética: positiva y negativa. Hay que tener en cuenta que una huella estética siempre es a largo plazo. Muchas veces, pasan años antes de que podamos detectar los indicios de estas secuelas. Al respecto, detallamos las consideraciones acerca de las variantes de estas huellas.

•Huella estética negativa

Como ya advertimos, surge por un tratamiento estético facial mal ejecutado. Es una secuela de realización incorrecta del trabajo de atender la piel o el rostro. Puede ser de dos maneras:

  • Por residuos de productos: sustancias que se inyectan (como el ácido hialurónico) deben colocarse en exacta dosificación. Además, hacerlo en zonas adecuadas. Cuando la inyección de estos productos es inadecuada, quedan residuos que alteran el rostro, ya que no logran ser absorbidos por el cuerpo.
  • Por exceso de productos: por ejemplo, la inyección de colágeno en labios. Cuando se coloca en demasiada cantidad, el labio se deforma. Esta deformación acontece al cabo de unos años, quedando una apariencia poco grata, o bien se altera la expresividad de la cara.

Hay que considerar que la huella estética siempre depende del tipo de tratamiento que la genera. Este factor es indispensable al diagnosticarla. 

•Huella estética positiva

Es lo que se busca en los tratamientos estéticos. Ocurre cuando se inyectan productos de modo adecuado, sucediendo una regeneración de tejidos con planificación. Se logra tersura en la piel, se mejora la silueta de la cara y no se desencadenan complicaciones a posteriori. Es el resultado de un tratamiento facial bien ejecutado.

¿Todos los tratamientos dejan huella estética?

No, hay tratamientos estéticos que no generan huella estética. Es decir, no presentan consecuencias a largo plazo. Son los más recomendables para evitar sorpresas al cabo de los años. Suelen ser aquellos que usan sustancias naturales, o que catalizan el metabolismo del cutis. Entre los tratamientos sin huella estética podemos mencionar: los factores de crecimiento o la radiofrecuencia.

¿Los tratamientos de medicina estética inyectables pueden tener consecuencias a largo plazo?

Es una pregunta muy común cada vez que se charla acerca de la huella estética. No hay una respuesta concreta, ya que en realidad la huella depende de dos factores: 1) la sustancia que se inyecta y 2) la periodicidad de la inyección. Al respecto, tenemos las siguientes consideraciones.

  • Hay sustancias inyectables queregeneran, hidratan o son estimulantes de la piel. Este tipo de sustancias no causan huella estética.
  • Ejemplo de las sustancias antes comentadas son: vitaminas, inductores de colágeno (no se inyecta colágeno, sino sustancias que catalizan su aparición), ácido hialurónico no reticulado, así como el “Plasma Rico en Plaquetas” (PRP).
  • Las sustancias que sí pueden dejar huella estética son los inyectables de volumen. Su misión es rellenar, por lo que causan severos problemas si se inyectan en exceso. Tal es el caso del ácido hialurónico reticulado y el colágeno.
  • Otro problema con los inyectables de volumen es que se reinyecten con mucha frecuencia. El cuerpo no tiene tiempo de absorberlos y se genera acumulación o residuos, que afectan la forma de la cara.

Finalmente, hay otros casos especiales. Tal es el caso del botox, el cual no genera huella estética negativa si se inyecta en dosis bien calculadas. En cambio, su exceso tiene una grave secuela: el rostro extravía su expresión, quedando demasiado rígido.

¿Cómo evitar la huella estética negativa?

Si, se puede evitar la huella estética negativa. Es cuestión de realizar de modo correcto el tratamiento estético. A su vez, el paciente debe seguir correctamente las indicaciones luego de la aplicación. Una primera recomendación es buscar médicos estéticos con buena reputación, que tengan experiencia haciendo estos tratamientos. Algunas consideraciones son las que anotamos a continuación:

  • Toxina butolítica: aplicarla únicamente 2 o 3 veces al año.
  • Ácido hialurónico: el gran error es inyectarla con mucha periodicidad, evitando que el cuerpo haga la correcta absorción.
  • Hidroxiapatita cálcica: es un estimulador de la generación de colágeno. Si se aplica en exceso, ocurrirá que la piel tendrá un indebido exceso de colágeno en el largo plazo.

También es importante que el paciente acate ciertas indicaciones. Un ejemplo es cuando se inyecta ácido hialurónico, siendo indebido oprimir o rascar la zona donde se colocó la sustancia. Igualmente, no hacer retoques. Una vez colocado el ácido, hay que esperar un tiempo adecuado para inyectar de otra manera (en otra zona o en otra cantidad). “Retocar” cuando ya se inyectó el ácido solo acarrea la aparición de residuos.

Es un concepto relativamente reciente. Sin embargo, ha ganado bastante popularidad y es tenido muy en cuenta a la hora de optar por cualquier tratamiento estético. Ponerse en manos de especialistas en dermatología es la mejor solución para evitar un impacto negativo en la piel a corto, medio y largo plazo.

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