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Aspectos clave para contratar tu seguro de vida

Si tienes hijos pequeños o una hipoteca, debes proteger el futuro económico de tu familia por si faltas algún día. Te damos algunas claves para contratar un seguro de vida

Ampliar el gráfico sobre aspectos clave para contratar un seguro de vida¿Podría seguir pagando mi familia la letra de la hipoteca si yo falleciese o quedase incapacitado? ¿Serían capaces de hacer frente a los gastos si faltasen mis ingresos? ¿Podrían mantener el nivel de vida que ahora tenemos? ¿Mis hijos podrían ir a la universidad que habíamos planeado? 

Analiza si las metas y planes de tu familia podrían desmoronarse si ocurre uno de esos desafortunados supuestos, sobre todo si tienes hijos o personas dependientes a tu cargo y eres quien aporta el grueso de los ingresos al hogar. Y toma medidas: un seguro de vida es una solución eficaz para proteger el futuro económico de los tuyos. Aquí apuntamos algunas cuestiones que debes tener en cuenta al contratarlo.
 

  • Asesórate y elige un seguro que se adapte a ti. Pide a la entidad aseguradora o financiera que te informe en profundidad y te recomiende el seguro que mejor se adapte a tus circunstancias familiares, a tus necesidades y a tus expectativas de futuro. No es lo mismo una familia con hijos pequeños que una sin hijos, o con una persona dependiente. Tampoco necesitará la misma cobertura una familia con una hipoteca que sin ella. Infórmate de qué prestaciones sociales corresponderían a tu cónyuge o hijos si tú faltaras y piensa qué porcentaje de los gastos podría pagar esa pensión de viudedad u orfandad. Si los gastos actuales superan esas prestaciones, deberán ser complementados por el capital correspondiente del seguro de vida. 
     
  • Que cubra la hipoteca… Es aconsejable que el seguro de vida permita cubrir el capital de los grandes préstamos (hipoteca, adquisición de un automóvil...).
     
  • …y que mantenga el nivel adquisitivo de la familia. Además de cubrir el capital de los grandes préstamos, debe haber una cuantía suficiente que permita mantener el nivel de vida de la familia por un periodo de entre 3 y 5 años, para que durante ese tiempo tus seres queridos puedan ir recomponiendo su economía.
     
  • Compara y no te dejes llevar sólo por el precio. Compara pólizas de diferentes compañías y entidades, pero siempre asegurándote de que realmente cubren en las mismas condiciones vuestras necesidades y de que se adaptan a vuestras circunstancias específicas. Desconfía de aquellos que pretendan venderte un seguro de vida especulando con el precio. 
     
  • Proporciona información veraz. Hay que tener en cuenta que, al solicitar la contratación de un seguro de vida, habitualmente deberemos proporcionar información sobre nuestro estado de salud (incluso pueden pedirnos un chequeo médico), con el fin de que la entidad aseguradora evalúe nuestro nivel de riesgo y conforme a él determine la prima (el precio) del seguro, pero también y no menos importante, sobre nuestras circunstancias familiares y nuestras necesidades de capital para tener protegida económicamente a los nuestros. Es esencial que proporcionemos información veraz y completa, pues el cobro íntegro del capital asegurado, llegado el momento, podría peligrar si se descubre que hemos dado datos falsos que, de conocerse, hubieran modificado la cuantía de la prima. 
     
  • Firma sólo lo que entiendas. No debemos firmar la póliza (el contrato del seguro) hasta que no entendamos plena e íntegramente todos sus términos: las coberturas que incluye, las exclusiones y sus condiciones, cláusulas adicionales, etc. Pregunta exhaustivamente cuantas dudas tengas, aunque quien te esté asesorando sea una persona de tu confianza, y consulta si hay una reducción del capital asegurado a cierta edad. Fíjate en cuándo comienza la cobertura, ya que es habitual que no sea inmediatamente (ese plazo en el que el asegurado no está cubierto se denomina periodo de carencia). 
     
  • Informa a los beneficiarios. Es bueno comunicar tanto al beneficiario, como a alguien de tu entorno que sea de plena confianza, que has suscrito un seguro. En el caso de que hayas hecho un testamento, deberás comunicárselo al notario. En cualquier caso, si sucediera una tragedia, el notario que se haga cargo de tu testamento o últimas voluntades y tus familiares podrán consultar el Registro de Contratos de Seguros con Cobertura de Fallecimiento, un registro público que depende del Ministerio de Justicia y que informa a los posibles beneficiarios de si el fallecido tenía una póliza de vida contratada y con qué entidad aseguradora, para poder reclamar el pago del capital asegurado. 
     
  • Actualiza tu póliza. Cuando suscribas el seguro, pide a la entidad aseguradora que te dé una pequeña lista de las circunstancias que influyen en la apreciación del riesgo, para que siempre puedas mantener protegida a tu familia en el nivel que deseas. Si cambian esas circunstancias habla con tu entidad para que se reflejen en la póliza.
     
  • Y no olvides revisar periódicamente tu seguro. Como las circunstancias vitales y del ciclo de vida familiar van cambiando, es bueno ir revisando nuestro seguro, para adaptarlo a las nuevas necesidades. Llegará un momento en el que, por ejemplo, si los hijos se han emancipado, la hipoteca está pagada y por tu edad la prima es ya muy elevada, sea mejor elegir otro producto para asegurar el futuro económico de la familia. 

 

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